En este blog solo encontrarás reseñas de libros que en algún momento me ha apetecido leer. Ninguna ha sido encargada ni pedida por autores o editores, y todos los libros los he comprado. En resumen: un blog de reseñas no interesadas para que sean interesantes.

lunes, 30 de julio de 2012

Por qué el mundo funciona perfectamente sin mí – Joost Vandecasteele


He aquí un libro llamado a dejar huella, compuesto por diferentes relatos unidos sutilmente a través de algunos personajes, situado en algún momento del futuro, y a medio camino entre el sueño y la pesadilla.
Desde el comienzo, con la fiesta anual en “honor” al pariente más rico de la familia (por los desinteresados motivos que es de suponer), se suceden una serie de relatos donde llaman la atención dos que tienen algo en común: la aparición de gigantescas estructuras (un centro comercial en un caso, y un edificio en otro) que se convierten en mundos autosuficientes, donde quienes los habitan se limitan bien a sobrevivir en ellos, bien a ser prisioneros (por no saber escapar, o por no atreverse a hacerlo).
Y con esa materia y otras que van en el mismo camino, llegamos al argumento del libro: la soledad implícita en el desarrollo, en las formas modernas de vida llevadas hasta el delirio; y junto a la soledad, la debilidad del ser humano, la impotencia para abrirse camino, la forma en que cada uno queda a merced de los acontecimientos arrastrado por otras personas que, en el fondo, son como él. Y de ahí, al miedo.
Tanto algunos comentarios como bastantes situaciones están bañadas de considerables dosis de humor, cierto es, pero no lo bastante como para quitar el libro su inquietante carácter.
Por qué el mundo funciona perfectamente sin mí ha sido editado por Tropo Editores, y fue elegido en 2010 como  mejor obra novel escrita en lengua flamenca.


jueves, 26 de julio de 2012

Brahms y Chaplin


Nuevamente una pieza maestra de la música y el humor a sugerencia de 
esta vez mezclando la música "seria", la danza húngara nº 5 de Brahms, con imágenes del genial Charlie Chaplin.


lunes, 23 de julio de 2012

Perro vagabundo busca a quién morder – Julián Ibáñez



Magnífica novela negra centrada en Bilbao, a finales de la primera década de este siglo, en plena tregua de ETA. Allí, un policía nacional recibe un extraño encargo: investigar la desaparición de una adolescente. Todo apunta a una fuga voluntaria, pero lo extraño de la misión radica en que el asunto es competencia de la policía autonómica, y, para colmo, el policía está destinado en extranjería, un departamento que nada tiene que ver con esos asuntos. Todo apunta a que el comisario conoce al padre, y la vinculación a extranjería se viste con que la chica, a pesar de ser de nacionalidad española, es de origen extranjero.

La primera noche el policía hace lo normal en estos casos, y eso le lleva a averiguar que el padre, antes de ser un rico empresario estuvo en la cárcel por diversos asuntos. Pero quien de verdad le impacta es la madre.

Cuando al día siguiente le comunican que la chica ha aparecido, el policía se resiste a dejar la investigación (que, recordemos, difícilmente era competencia suya) solo para seguir viendo a la madre.  Cierra formalmente el caso, pero sigue investigando por su cuenta, lo que compatibiliza, al igual que casi todos sus compañeros, con trabajitos en negro en una agencia de detectives. Trabajitos ante los que los superiores hacen la vista gorda.

El asunto se complica cuando poco después la niña es asesinada. El policía, sin esperarlo, se ha metido en un lío: el informe con el que cerró el caso no refleja todas las actuaciones que ha hecho. Las omitió porque no es competente para investigar, y porque las hizo a su aire solo por ver a la madre.

Es así como el personaje se pasa a ser, sin pretenderlo, parte actora del crimen, convirtiéndose en una suerte de potencial víctima inocente. O no tan inocente, porque no repara en huir hacia delante sin sujeción a norma de ningún tipo.

Todo transcurre, además, en un tenso ambiente entre la policía autonómica y la nacional; y entre los policías nacionales entre sí, que a cuenta no se sabe si de las aspiraciones o de los trabajitos para la agencia de detectives, pocas razones tienen para confiar los unos en los otros. Un ambiente desagradable, donde nadie es amigo de nadie, donde todos ocultan algo a todos. Donde el cumplimiento del deber a menudo choca con los intereses personales, donde el terrorismo, además, crea dos clases dentro de la policía (estar en la antiterrorista o no estarlo) aunque de una forma u otra acaba afectando a todos.


jueves, 19 de julio de 2012

La máquina de escribir


Otra entrega del capítulo de música y humor, gracias a las sugerencias de


Hasta al director de la orquesta se ríe, por no hablar de los músicos. El percusionista, Alfredo Anaya.

lunes, 16 de julio de 2012

El asombro viaje de Pomponio Flato – Eduardo Mendoza



     Tras haber leído toda la saga disparatada menos El enredo de la bolsa y la vida (todavía no publicado cuando escribí esta reseña que ahora reviso para incluir en el blog), la verdad es que esperaba más de El asombroso viaje de Pomponio Flato, sobre todo teniendo en cuenta la inmensa talla del autor, y más después de que La aventura del tocador de señoras fuera, con mucho el mejor del famoso “detective loco”, como ahora se le ha dado en llamar, y después también de quedarme perplejo y admirado por la variedad de registros de Eduardo Mendoza. Pero las andanzas de Pomponio no son especialmente divertidas -aunque son divertidas-, y, de todo, lo mejor es el recurso a los personajes bíblicos, comenzando por el mismísimo Jesús. Esto, y no otra cosa, es lo que salva la novela: tirando tan alto es como consigue parodiar las novelas históricas que tan de moda están desde hace años; novelas que sólo consisten, en muchos casos, en trasladar las historia de intriga tradicionales a un tiempo más o menos remoto o, alternativamente, en despejar una intriga remota y de alguna manera "histórica" en el tiempo presente.

     Frente a la pompa y solemnidad con que la mayoría de los protagonistas de novelas históricas se enfrentan a los "misterios", Pomponio se limita a no ser consciente del mayor misterio de la historia occidental a pesar de tenerlo ante sus narices, y todo por andar ocupado en un asunto menor. El desenfado con que se manifiestan los personajes culmina la comicidad porque, y quizá es eso lo que me despista al juzgarla, así como en La aventura del tocador de señoras (y en las dos previas de la saga) o en Sin noticias de Gurb la parodia se basa en la exageración, en esta ocurre lo contrario: en presentar con simplísima llaneza las trivialidades de quienes más han condicionado la historia.

     Vaya, que como he dicho al principio, sin duda condicionado por otras novelas del autor esperaba otra cosa, como si Mendoza no fuera capaz de sorprender de nuevo; aunque, si lo pienso, no sé qué más esperaba. ¿Cabe mayor parodia de la novela histórica que una novela con Jesús, San José y la Virgen ocupados con las chorradas terrenales sin que a nadie se le pase ni remotamente por la cabeza lo que vendrá después?

     Ahora está ya en edición de bolsillo, bastante más barata que la original, que si ya entonces me pareció cara, tras leerlo me lo pareció algo más. Claro que estamos hablando de Mendoza, lo cual es una garantía.








jueves, 12 de julio de 2012

Música y humor - El canon de Pachelbel


Inicio hoy y los próximos 3 jueves una secuencia del apartado "música y humor" cuyo contenido es sugerencia de una experta en materia musical, a quien podréis encontrar en http://www.elviolin.com/ . 

¡Y ni que decir tiene que también seguirán apareciendo reseñas de libros!

lunes, 9 de julio de 2012

Zafarrancho en Cambridge – Tom Sharpe




Comencé, en las primeras páginas, pensando que Sharpe se repite, y terminé convencido de estar ante una novela que, dentro de la línea del autor, es diferente a las otras que he leído.
Me pareció que se repetía porque Sharpe utiliza en abundancia personajes chapados a la antigua y, sobre todo, muy apegados a sus tradiciones. Tan conservadores que no dudan en opinar, y a veces actuar, como fundamentalistas.
Pero así como en otras novelas los equívocos se suceden formando una bola de nieve cada vez más grande cuyo estallido pone fin a la novela, en Zafarrancho en Cambridge la cosa es diferente: la trama viene dada por el enfrentamiento entre dos visiones opuestas de llevar el colegio Porterhouse: la del nuevo máster (un viejo político allí aparcado, que aspira a modernizar el colegio) frente a toda la tropa que vive anclada y acomodada en las viejas tradiciones, limitándose a vivir aislados del mundo, sintiéndose seguros al cobijo de las más rancias tradiciones.
En esta guerra hay personajes radicales, pero no el tipo de loco que abunda en otras novelas de Sharpe: cada uno, a su manera, es inteligente y se comporta con racionalidad. No hay ninguna bola de nieve, aunque sí equívocos y situaciones chocantes. La única escena realmente disparatada, la de los preservativos que ilustra la portada, no culmina nada, aconteciendo en la primera parte de la historia.
Por todo ello en esta ocasión el humor de Sharpe es más sutil que otras veces, más “inglés”, consigue divertir dejando que los personajes se retraten a sí mismos.  Y algunos de ellos, como Skullion, son para recordar pese a lo secos y poco activos que en apariencia resultan.
Con todo lo anterior dicho, lo más sorprendente es el final: sin dejar de tener su ironía, nada hace presagiar su dureza.


lunes, 2 de julio de 2012

Defensa cerrada – Petros Márkaris



           Segunda novela de Márkaris con el teniente Kostas Jaritos de protagonista. El marco, la Atenas de finales de los años 90, donde la idiosincrasia griega, que tantos obstáculos, incomodidades e ineficacias pone ante Jaritos, no habrá ahora lector que no la interprete a la luz del derrumbe económico de Grecia. Una sociedad, en definitiva, solo preocupada por el ande yo caliente, donde casi todos aspiran a ganarse el pan con el sudor de la frente ajena; unos dentro de la ley, otros no tanto.
            Por una vez, el teniente está de vacaciones. En la pequeña isla donde ha ido a parar viene un terremoto a amenizar la cosa. Amén de otros problemas, el seísmo provoca un derrumbe que alumbra un cadáver relativamente “fresco”. Ante la falta de medios de la isla, Jaritos se hace cargo de más cosas de las que debería.
            Ya de vuelta en Atenas, es asesinado un empresario dueño de diversos tugurios y un buen restaurante. Un tipo al que, por una razón u otra, todos tienen miedo; nadie admite saber nada de él, y desde las alturas hay interés en archivar el caso cuanto antes. Seguramente es un tipo relacionado con la mafia. Seguramente las mafias tocan alto. Lo cierto, en cualquier caso, es que también está relacionado con el mundo del fútbol de tercera división. Y es el fútbol, precisamente lo que acaba vinculando ambos crímenes. El complicado entorno del asesinado hace que cualquier cosa sea posible, lo que permite al autor mantener la tensión hasta el final.
            La investigación avanza sin prisa pero sin pausa, con errores creíbles que hacen más verosímil la historia, alternando el meollo con las circunstancias personales del teniente: su salud y, sobre todo, sus relaciones familiares.  En este segundo ámbito se despliega el humor de Márkaris: las manías, los temores y los prejuicios humanizan al personaje, dando a toda la novela el sutil toque de humor que acompaña en todas las páginas al relato de un teniente que habla en primera persona sin dejar de protestar por cómo el mundo se alía en su contra. Y esa es la principal gracia de Jaritos: que es un hombre mayor, de vuelta de todo, gruñón, con un coche que se cae a pedazos, que viste de cualquier manera y es poco amigo de las manías… ajenas. En resumen, tiene el encanto de los personajes gruñones, más comododes que egoístas y, en el fondo, bondadosos.
            El humor, por último, también se manifiesta en las agudas reflexiones de Jaritos sobre las intenciones y ambiciones de unos y otros, al hilo lo mismo de las grandes decisiones que de las pequeñas. Esto, sin duda, es de lo mejorcito de una novela que ya de por sí es muy buena.  Me ha gustado más que “Noticias de la noche”.
            Para ir terminando, una advertencia: mejor leer  “Defensa cerrada” cuando uno disponga de varios días por delante para acabarlo rápido: en otro caso lo complicado de la trama de intereses y la abundancia de personajes con apellidos griegos, puede provocar fallos de memoria.  
            Y ya, para finalizar, un comentario a modo de anécdota: ni la portada de la primera edición original (un pistolero abriendo fuego) ni la nueva portada de la edición de bolsillo (con sinuosas siluetas femeninas y colores que apuntan a clubs de alterne), tienen mucho que ver con el ambiente en que se desarrolla la novela. Mejor no guiarse por ellas.