En este blog solo encontrarás reseñas de libros que en algún momento me ha apetecido leer. Ninguna ha sido encargada ni pedida por autores o editores, y todos los libros los he comprado. En resumen: un blog de reseñas no interesadas para que sean interesantes.

lunes, 11 de diciembre de 2017

Qué está pasando en Cataluña – Eduardo Mendoza




Vistos los sopapos que Eduardo Mendoza está recibiendo en las redes a cuenta de esta breve obra, tengo la sensación de que hay más personas interesadas en que se les dé la razón que en tenerla. Lo digo porque Mendoza no intenta tomar partido, sino que realiza una serie de reflexiones que poco tienen que ver con las más frecuentes en los últimos tiempos: ni habla de la evolución de las cosas desde la Transición ni, como otros, se remonta al siglo XIX para hacer recapitulación del origen del nacionalismo.

Lo que Eduardo Mendoza hace en estas páginas es algo probablemente más útil y, por tanto, más importante en estos momentos, pero también más difícil de digerir porque apela a la conciencia de cada cual y obliga al examen de conciencia y a la rectificación de lo que cada uno hacemos mal. Mendoza analiza, sin ánimo exhaustivo, la idiosincrasia catalana en lo que él entiende que afecta a cuanto está ocurriendo. Inevitablemente, también la del resto de España queda reflejada al menos en lo que a su relación con Cataluña se refiere.

El resultado disgustará a quienes buscan justificaciones para la causa por la que se han inclinado, e incitará a la reflexión de los pocos interesados en comprender antes de opinar.

Un libro que tiene una parte inquietante además de lo que ya de por sí inquieta la conciencia de que cada uno tenemos nuestra parte de culpa y, por tanto, tarea pendiente: la idiosincrasia es, en gran medida, fruto de los miedos, fracasos y complejos más traumáticos, la mayor parte de los cuales traen por causa situaciones históricas que, sin que nos demos cuenta, perviven en nuestro comportamiento décadas o siglos después. El resultado: todas las personas llevamos dentro una semilla de todo lo malo acumulado por la historia, semilla que, cuando se dan las circunstancias propicias, puede germinar arrasando lo que de bueno hayamos sido capaces de crear. El reconocimiento de esa herencia cultural que nada tiene que ver con expresiones artísticas y sí con un modo de ser a su vez consecuencia de un modo de vivir en comunidad, de los méritos y deméritos, de la asunción de clichés y estereotipos, de si el resto nos admira o se burla de nosotros, y de tantas otras cosas, es también una cura de humildad que obliga a reconocer la subjetividad de toda visión. Las sociedades, como las personas, tienen sus traumas y complejos, que son los responsables, en última instancia, de la deriva que esas mismas sociedades toman. En esa deriva influyen, a su vez, otras sociedades con sus propios traumas y complejos. El devenir de las relaciones entre las personas y entre las sociedades viene determinado por los miedos y complejos y, particularmente, por los que afectan a sus relaciones. Por supuesto que las sociedades, como las personas, rara vez son conscientes de ellos.

Una obra breve, muy distinta a cuanto he leído sobre Cataluña en los últimos tiempos, probablemente porque esta obra, más que ninguna otra, intenta, como he dicho antes, comprender. Solo comprender. No tomar partido. Es importante tenerlo claro, porque nadie sale en este retrato tan guapo como se cree.



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