En este blog solo encontrarás reseñas de libros que en algún momento me ha apetecido leer. Ninguna ha sido encargada ni pedida por autores o editores, y todos los libros los he comprado. En resumen: un blog de reseñas no interesadas para que sean interesantes.

lunes, 20 de febrero de 2017

El campo del alfarero – Andrea Camilleri



El campo del alfarero (serie Montalbano, 17)

                No hace mucho un amigo me dijo que, tras leer libros profundos, nada como desengrasar con Salvo Montalbano. Y tenía razón. Hace dos años ya traté de reencontrarme con la lectura leyendo –en contra de mi religión- tres novelas seguidas de este mismo personaje. Fue en vano: siguió un larguísimo periodo de sequía lectora. Una vez olvidado y tras un libro tan bueno y denso como Tú no eres como otras madres, he vuelto a recaer en igual pecado: El campo del alfarero, La edad de la duda y La danza de la gaviota. Las reseñas de estas dos últimas, están ya programadas para los próximos días.

                A estas alturas, décimo quinta de la saga, no buscaba nada nuevo en las novelas de Montalbano. Y el comienzo del Campo del alfarero me pareció «más de lo mismo» (por utilizar una expresión hecha de las que tanto fastidian al protagonista) de forma casi abusiva: no pasa nada, aparte de la actuación y sobreactuación de los personajes para satisfacer a los incondicionales, al modo en que en las telecomedias norteamericanas ponen risas y aplausos enlatados con la primera aparición de cada actor. Sin embargo, la impresión es equivocada, porque el desarrollo posterior de la trama olvida la paja previa y tiene un nivel de complejidad y una claridad expositiva que dice mucho en favor de Camilleri.

                Dos tramas que en realidad acaban confluyendo en una, lo cual tampoco es nuevo en Camilleri ni en nadie, aunque en esta ocasión todo muy bien hilado. Por un lado, la aparición, en un terreno arcilloso, de un cadáver troceado siguiendo un ritual que parece vincular la muerte al mundo mafioso. Por otra, el comportamiento del subcomisario Augello, que apunta a un nuevo affaire –este ya, dentro del matrimonio- que lo tiene de los nervios. Y, como siempre, un protagonista que intenta alcanzar la verdad por el camino más directo, que no siempre es el más legal. Todos los elementos de las novelas de Montalbano convergen aquí.

                En la conversación que aludía al principio, otro amigo indicó que en los diálogos, magistrales, se nota que Camilleri ha sido guionista. También tiene razón. El pasado de guionista de Camilleri se advierte además en los recursos para implicar emocionalmente al lector, auténticos «clásicos televisivos»: en esta novela, meter en problemas graves y sembrar la duda en torno a uno de los «buenos» con los que el lector, tras catorce entregas de la serie, ya tiene una relación de afinidad; también, por ejemplo, el modo en que se dejan morir ciertas historias paralelas (el «tema Livia» parece agotado, por ejemplo), mientras otras vienen a sustituirlas para mantener la corriente de tensión afectiva hacia los personajes.

                En definitiva, una muy buena novela de intriga en la que, por una vez, las historias de segundo plano quedan relegadas trasladando la tensión emocional al papel de Mimí Augello en los sucesos a investigar. Una factura de corte televisivo, sí, pero con mucho más: oficio, inteligencia, talento, huída de la comodidad y ganas de hacerlo bien.


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