En este blog solo encontrarás reseñas de libros que en algún momento me ha apetecido leer. Ninguna ha sido encargada ni pedida por autores o editores, y todos los libros los he comprado. En resumen: un blog de reseñas no interesadas para que sean interesantes.

lunes, 11 de marzo de 2013

Nick Carter se divierte mientras el lector es asesinado y yo agonizo – Mario Levrero



     Escrita en 1973, más que una novela de humor, “Nick Carter se divierte mientras el lector es asesinado y yo agonizo” parece un cómic novelizado, o al menos una de esas películas de superhéroes medio locos que se desenvuelven entre la fantasía y la acción.

     Nick Carter es un famoso e infalible detective (más o menos) que tiene un gris ayudante llamado Tinker al que lleva oculto en una bolsa, y una secretaria ninfómana llamada Virginia. Nick, además de ser muy sagaz, es capaz de realizar proezas tales como subir los escalones de ocho en ocho, y otras igualmente terribles y maravillosas; además mantiene una tortuosa relación con su imagen en los espejos (que se dedica a hacer las cosas más extrañas y sórdidas) y, como todo buen héroe, también tiene sus “archienemigos”: Watson y Arácnida. En cuanto a lo de estar sujeto al imperio de la ley, digamos que para Nick Carter ni siquiera las leyes de la física están vigentes.

     La novela comienza... con su título, que es para enmarcar y anuncia el tono de lo que hay después, pero por ir a lo concreto, empieza cuando a manos de Nick llega un asunto importantísimo: un noble inglés, Lord Ponsonby,  teme que algo pueda pasar en su castillo; algo; nada más y nada menos que algo; no sabe qué, pero algo. Tan espeluznante asunto no impide al protagonista, que para eso es la cima del oficio detectivesco, seguir a su aire y desenmascarar al misterioso Watson (tan misterioso que incluso es complicado saber si ha hecho algo) y vérselas con Arácnida, épico enfrentamiento en el cual el lector (que previamente ha sido, si no asesinado, sí tratado como “anónimo gusano” de existencia engañosa) llega a conocer las razones del odio de Arácnida hacia Nick (también horripilantes, ciertamente).

     La historia, regida por una lógica onírica, va de acá para allá, siguiendo una secuencia más cronológica que lógica, y alternando la narración en primera persona con la tercera (pero como si Nick Carter se refiriera a sí mismo de esta forma).

     Parodia, exageración, esperpento, contrastes... Cualquier cosa que se diga es poco en una novela corta, entretenida, que parece no tener otra finalidad que divertir a su autor aunque en el prólogo haya una serie de elucubraciones sobre los fundamentos psicológicos del invento, que en mi opinión solo se traducen en guiños al subconsciente del lector para sacarlo de la realidad y meterlo en esa otra realidad en la que vive Nick Carter, que parece sacada de un sueño desordenado. Y mucho se tuvo que divertir Mario Levrero con Nick Carter. No es sencillo encontrar novelas así, pese a que al leerla se tiene la sensación de estar, y vuelvo al principio, ante la versión humorística de un cómic de superhéroes. Por eso el autor juega también con la concepción de la literatura; porque no siendo imágenes anormales en otros formatos, sí lo son en la escritura. El efecto es divertidísimo. Y además, es una novela muy bien escrita, con mucho oficio.



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